Cruise


Hay un barco surcando las bravas olas del mar. Sin piedad azotan el casco, como tu silencio. Chocan y se enturbian los miedos, las inseguridades, los por qués. Se van quedando los besos varados en la orilla del último puerto conocido. Debe haber sal en esas palabras tuyas, que me escuecen y me curan a partes iguales. Nunca viene mal encender alguna luz, mirarse a los ojos, aunque suba la marea y nos ahoguemos nosotros mismos. Los abrazos son los salvavidas que nos quedan. Coge aire. Todavía queda camino.

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