3000

Son las tres mil de la madrugada
en algún lugar del mundo distinto del que yo veo,
y qué más da,
si desde ti
el tiempo corre a otra escala en mi multiverso.
Yo,
heroína de alambre sostenido
por tus carcajadas
de amor eterno
cuando miras y te conviertes en la pieza que a mi alma le faltaba,
convenciéndome de que vivir así es lo correcto.
Tú,
razón indiscutible
de todas mis decisiones importantes:
qué comer o si comerte,
de hacerme creer que el postre siempre va delante;
si la fiesta acaba en nuestro nido
justo debajo de tu ombligo.

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