Ghost
Son muchas las maneras de hacer como que todo está bien
fingir que ya no existes
que no me vistes por las mañanas
de besarme las marcas que has dejado bajo la piel.
Es por eso que me busco en los cristales
cuando nadie me ve
(a veces ni yo misma te veo venir)
pero ahí estás, esperándome en los portales.
Y de repente algo en mí se despierta,
ruge, grita, patalea
y recuerdo que levantarse es más fácil
si no me callo y dejo la puerta abierta.
De nuevo me busco la piel
pero esta vez no te busco a ti sino a ella
que toca y cura mis heridas
para no escuchar más tu llamada infiel.
Yo, que estaba acostumbrada a esconderme
a contar las historias felices
y dejar guardadas la pena y la rabia
me he dejado caer en sus ojos verdes.
Ahora vivir tiene mucho que ver conmigo
y confieso que me asustan las sombras
y aunque a veces sigo durmiendo con el dolor
se queda fuera del perímetro cuando tengo su abrigo.
Reconozco que me hipnotiza el miedo
a seguir subiendo y seguir ganando excusas por si tropiezo
porque sé que estarás al final de la escalera
y que abrirás cada puerta hasta llegar al cielo.
Pero de momento sigue siendo su voz la que me guía
llenándome de fuerza, dándome la mano encima por de la mesa
y justo ahí sé que seré yo misma quien abra esa puerta
algún día.
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