Te juro que me está mirado fijamente ahora mismo y que no sé qué quiere decir esa mirada. No es que esté loca porque diga que todavía le quiero, y creo que es normal sentir que aún le voy a tener entre mis piernas por las noches, que de forma inconsciente dejo libre su parte del sofá y espero ansiosa a oír cómo sube las escaleras. No. Yo creo que no es locura, que sólo es que no se me han perdido las ganas de quererle, no como a él. Y sigue mirándome, no sé qué más puede querer de mí cuando ya lo arriesgamos todo y por querer más todo lo perdimos. Pero no os preocupéis, que yo encontraré a alguien que me haga casi tan feliz como él mientras me mira para no perderme el rastro, porque sabe tan bien como yo que ahí dentro nos quedaron muchas cosas, demasiadas diría yo. Es normal que no pueda seguir con la carga de mi olor en su piel, y que me eche de menos a veces, cuando se sienta sólo, que piense en el ''qué pudo haber sido''... ¿Y ahora qué? Pues mientras tanto, cariño, déjame vivir. Déjame ser la persona en la que me convertí cuando te fuiste, la que no dejó de llorar a la vez que reía al notar que me estás mirando y que todavía no sé por qué.
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