¿Quién me abrirá la puerta hoy para ver salir el sol?

Hace un día malo en general. Se acaba Noviembre, las hojas ya se han caído y ahora se abre paso la lluvia y el frío que cala los huesos. No quedan lugares en Valencia para refugiarse de él, de esa tiritera que me provoca, de unos recuerdos felices que me persiguen. Será porque no he hecho nada bien en toda mi vida, o quizás sólo sea que no sé tomar las decisiones adecuadas y siempre voy a remolque, acumulando los errores en una lista interminable que arrastro desde hace ya unos años y que no me deja sonreír sin haber llorado antes. Será que no elijo bien mis pasos, que me dejo llevar por el corazón demasiadas veces por no decir siempre, que hago apuestas equivocadas y me creo falsas expectativas que me llevan muy rápido al fracaso inminente que me devora el alma, y continúa a la espera del siguiente fallo. Echo de menos un buen abrazo, si es que alguna vez he tenido el placer de sentir uno. Echo de menos alguien que no necesite preguntarme cómo me ha ido el día, que me lo lea en la cara y que me cuente todos los detalles del suyo, y que me quiera, da igual cómo, lo que importa es que lo haga de verdad. Need you

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