Antes de rendirnos, fuimos eternos

Porque estuvimos a nada de serlo todo. Es por eso que me duele tanto hablarte como antes, colgarme de tu cuello sin besarte, mirarte a los ojos sin desnudarte y, sin duda, verte sin poder mirarte. Es porque tus palabras por la noche son como cafeína para mis sentidos, y tu recuerdo es mi banda sonora cada día al andar, porque si te podría haber perdido mil veces, te habría elegido otras mil sin dudar. Y en cada uno de tus pequeños matices recreo nuestro pasado, porque te pienso y luego existo, porque te quiero, y lo sabes, no olvides que te espero, y no esperes que te olvide. Eras tú quien me dio las alas, quien me llevó de la mano al cielo, quien me escuchó y encendió mi luz, dejando a oscuras el mundo entero. Y es por eso que quiero que vuelvas y cures mis heridas, esta vez sin agua ni alcohol, cúrame con tu saliva.

Comentarios

  1. Me encantó tu blog, te sigo! Un beso desde:
    www.moorablog.blogspot.com
    Nos leemos!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares