Divido el mundo en dos aspectos, estamos nosotros y el resto

Me encanta(ba) verle entrar por la puerta con esa sonrisita de suficiencia,
con la certeza de lo que iba a pasar encerrada en sus comisuras.
Suelo Solía hacerle rabiar, solía hacerle hablar, contarme qué tal todo,
aunque no habría conseguido retenerle unos minutos más de ningún modo.
Sus manos respondían a mis ansias,
y su piel se transformaba atenta a mis caricias.
Respirar se convertía en una obligación mientras nos enredábamos en las sábanas,
escalofríos saltaban por mis neuronas cuando me besa(ba).
Aprendimos a encender juntos la misma mecha, con prisas,
a hacer que con apenas cuatro palabras y las manos en mi cintura saltaran chispas.
El futuro se derrumba(ba) con sus sacudidas, mientras yo me revolvía
y me volvía loca,
él me mira(ba), no para(ba), me hacía enloquecer mordiéndome la boca.
Sonreía,
yo creo que me quería, 
se ponía los pantalones, la camiseta y se iba,
nunca quiso quedarse y compartir un poquito más de saliva.
Y ahí me quedaba yo, cual flor con los pétalos suaves,
pensando si de verdad no era tan grave,
si amar tanto a ese capullo haría que se convirtiera en gusano de seda,
si tanto esfuerzo algún día valdría la pena.

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