Away

Hay un poco de todo. Personas que dicen que soy adorable y otras que juran que soy insoportable, habrá alguien que me quiera y cientos que me odien, dos o tres que me admiren por como soy y otros muchos que me critiquen. Pero a mí eso sólo me afecta a medias. Intento razonar, pensar, adivinar por qué soy como soy y no de otra manera, más fácil, más llevadera, haciendo feliz a la gente que me rodea. Pero no encuentro razón alguna que justifique mis gilipolleces, y cuando digo esto me estoy abriendo, me estoy superando con creces, porque yo nunca haría esto, porque en el fondo me come el miedo. Quizás es que no quiero crecer, hacerme mayor, responsabilizarme, asumir el dolor, que no quiero moverme, irme a ninguna parte, dejar mi otra mitad, abandonar mi país de nunca jamás. Y aunque eso es en gran parte egoísta, que no es que me sorprenda, mejor idealista que terrorista, ¿no? Pero, ¿dónde quedan mis miedos aquí? Si nunca los puedo echar, sacar lejos de mí, nunca puedo soñar sin la sensación no de despertar, sino de morir. Y sí, necesito salir, irme de aquí, el problema es que no sé qué dirección tomar, hacia dónde huir.