Nunca me acuerdo de olvidarte

Nunca había experimentado tan fuerte lo que era sentirse vacía. Ahora mismo soy, anatómicamente hablando, un montón de huesos y tejidos, un puñado de órganos superpuestos, un corazón que bombea sangre porque no puede dejar de hacerlo aunque se lo pida, una capa de piel que lo recubre todo para que no se escape el calorcito que queda. ¿Y qué? Yo siento que aquí dentro no hay nada. Un estómago que ruge porque le arrancaron las mariposas, que se queja de que no le doy razones para callar. ¿Y qué más da que siga viva si por dentro todo ha muerto? Han muerto las ganas de sonreír por las mañanas, y ahora se me caen los hilos que tiraban de las comisuras como por arte de magia. Lo que antes eran labios llenos de gritos en silencio colgados de alguna tarde fría, hoy son bocanadas de aire a media noche que me despiertan de las pesadillas que a gritos piden volver a tenerte. ¿Y qué? Pues que yo así no puedo.

Comentarios

Entradas populares