Di que paraste el tiempo y nada sucedió.

De una forma o de otra, siempre voy a quererle. Siempre recordaré el hormigueo que sentía cuando estaba a dos paradas de él y el éxtasis que me hacía sentir con su boca. Igual que recordaré aquella vez que me cogió la mano y me dijo ''si tú saltas, yo salto''. Y esa otra vez que me susurró muy bajito ''salta''. Su olor no se va a borrar de mi almohada, o sí, pero mi mente lo seguirá creando porque lo necesito sentir cada noche para conseguir dormirme sin tener pesadillas. Su nombre aún está en ese día del calendario, y detrás de esa foto que tanto le gustaba, y en la servilleta de aquel restaurante del que nos fuimos sin pagar. Y nuestro número todavía permanece en mi agenda, escrito por él debajo de un corazón. Y por supuesto, nunca tiraré esa cosa en la que escribí nuestra canción estando sentada encima de sus piernas y rodeada por sus brazos. No voy a quemar la foto de nuestro primer día, aunque no le vuelva a ver en la vida. Yo no soy de esas. Él solía decir que era diferente. Inspiraba mis letras y yo inspiraba sus canciones. Habríamos llegado lejos si no hubiera llegado el invierno.
Podéis pensar que sigo enamorada de él, y no os equivocaríais del todo. Como ya he dicho, nunca dejaré de quererle, aunque de lejos, aunque sea de forma diferente a la de aquellos días. Algún día dejaré de pensar en él, o no. Quizás sí. Quizás no.

Comentarios

  1. Hola, me llamo marina y tengo 14 años.
    Creo que escribes genial y que puedes mejorar un montón.
    No dejes nunca de escribir, porque nos alegras a los que entramos en tu blog de vez en cuando.
    Gracias.

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