Y en un momento eras tú la sencilla virtud que faltaba justo a mi lado


Me siento en el alféizar de la ventana a esperar lo inesperado. Eso que tu me dabas, eso que ya ha pasado. Ese algo que me mueve, ese instinto desesperado, de buscar en tus ojos lo que quiero escuchar. El frío en los pies de estar sentada en el alféizar de la ventana me devuelve a la realidad. Un cambio brusco de temperatura. Por ahí no. Ya sabes que ese camino estaba lleno de espinas que te desgarraron y te destruyeron. Seamos realistas y miremos hacia otro lado, una cara nueva, esa media sonrisa, esa palabra en el momento adecuado. Sí. Quizás me salgan alas para volar desde el alféizar de la ventana hasta su lado.

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