No quiero tener que sufrir por su piel.

Era cuestión de tiempo. No sabía si semanas, días, horas o minutos, pero sabía que llegaría el momento en que la línea entre mi cordura y mi locura por ti se partiría y me dejaría a un paso del abismo emocional. Montones de sentimientos se cruzaron y se saludaron, se enamoraron y se pelearon, fueron sinceros y mintieron. Mi yo interno ha proclamado el estado de guerra y se debate entre seguir soñando o despertar. Todo empezó con una estúpida historia de amor vacía. Realmente nunca hubo amor. Fue un recopilatorio de momentos fascinantes, intensos, perfectos. Fue una gran mentira que me creí como si fuera la primera vez. Le quise, le quiero y creo que irremediablemente le voy a hacer todos los días de mi vida. Y gracias a eso, me estoy volviendo loca, loca de verdad.

Ahora que has reducido a nada mis defensas, dime, ¿qué piensas hacer?