Es importante que la inspiración te pille trabajando.


Me siento a escribir y un día más que no me salen las palabras. He buscado la inspiración en la maleta que aún está tirada en el suelo de mi habitación. En la nevera, debajo de la cama, en las canciones, entre las sábanas y hasta en las cartas de mis ex (esas que tendría que haber quemado o tirado pero que nunca fui capaz). No encuentro esa facilidad innata que yo tenía de unir unas palabras con otras y que dijeran algo. Supongo que me la habré dejado en su habitación, en alguno de esos momentos desenfrenados que vivimos allí. A saber dónde habrá ido a parar (quizás me la dejé pegada a su piel). Tendré que volver a buscarla.

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