Same mistakes

Es alucinante como todo vuelve. Hace 365 días estaba igual que ahora mismo. Y digo igual por no matizar en que tengo un año más, el pelo un poco más largo y quizás haya crecido un par de centímetros. Todo ha ido a más, las prisas, las ganas de vivir, las experiencias y las ilusiones. He cambiado en alguna cosas, es verdad. Ahora escucho otra música, lloro por cosas distintas a las de hace un año y no regalo tantos abrazos, ni tanto cariño. Pero hay cosas que nunca cambian. Sigo luchando por lo que quiero, aunque no tenga muy claro lo que es y sigo siendo igual de idiota. Sigo enamorada de mi gran amor, la vida. La misma que me hace llorar los días que no consigo vivirla como me gustaría. He aprendido a esconderme, a esconder lo que siento, pero no lo que pienso, a comerme el orgullo y a querer, querer mucho. Mi peor defecto siguen siendo mis impulsos, a mí no me manda la cabeza ni la razón, a mi me manda eso que hay en el pecho que le llaman corazón. Irónico, pero sigo colgada de la misma droga, de un cuerpo que es mío a tiempo parcial, de deseos que por mucho que luche no voy a conseguir alcanzar. Eso que pensaba que se había ido para siempre y que no tardó en volver. nunca digas nunca, ni digas siempre, ni digas nada, mejor te callas y aprovechas lo que venga, que seguro que te gusta. He ampliado los límites de todo lo que conozco, y de lo que no también. He vivido todo lo que he podido y más, he cometido errores cada día para poder aprender de ellos y aquí estoy, esperando al próximo reto, al próximo miércoles noche, a los próximos besos y paseos por las estrellas, a la próxima vez que me coma la pared por gilipollas. Aquí estamos yo y mis circunstancias.

Comentarios

Entradas populares