You and I like diamonds in the sky

Hola amor. Aquí estoy después de un día más, pensando en ti. No consigo entender cómo te las has apañado para llegar hasta aquí dentro, con lo lejos que estás, con el frío que empieza a hacer por las mañanas, y por las noches, con la cantidad de cosas que tenemos en nuestra contra y la hostia que nos podemos pegar. De verdad, no lo entiendo. Lo que sé es que a pesar de eso y de todo lo demás, has estado ahí todo este tiempo, apoyándome, escuchándome y cuidándome sin que yo me diera cuenta, queriéndome cada día más sin que yo me lo mereciera, haciendo que sonriera si pensaba en ti aunque fuera contra la almohada, en fin, haciendo que todo creciera y al final nos estallara en la cara. Pero no sólo estoy pensando en eso. Pienso en tus ojos cuando vean mis sonrisas. No te imaginas cuántas te voy a regalar. Pienso en tardes frías con sudadera y tus abrazos dando calor del bueno, que en otoño como que se agradecen más. Pienso en besos robados, en mil miradas que no precisan palabras, en que me sientes encima de tus piernas y no me sueltes, en las promesas que me hiciste y las que seguro que te quedan por hacer. Pienso en tu forma de quererme por encima de todas las demás cosas que tienes, en tu elección de quedarte conmigo, en decirme cosas que me alegran los días. Y qué hago yo ahora si no puedo pensar más, si me saturas el lado izquierdo del cerebro y no me dejas imaginar otra cosa que no sea a ti, aquí, sin movidas, sin más.

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