Es la verdad, gira el mundo así

Me da mucha rabia esa clase de gente que se dedica a amargarme los logros, a decirme lo que tengo que hacer, a juzgarme y a clasificarme. Y es que hay que tener cuidado con esas personas que de frente te sonríen, que parecen amigos, pero que por detrás no dudan en sacar el cuchillo y utilizarlo en su beneficio. En serio, no puedo con la gente así, porque precisamente es esa clase de gente, la que menos me conoce. Los que me conocen saben cómo se escribe mi nombre, saben cuáles son mis apellidos, saben que odio madrugar, que me encanta el chocolate, que mi mayor adicción es roja y se llama coca cola, que siempre llego al metro con la hora justa, que no tengo vergüenza. Saben cuál es mi color favorito, conocen mi lado cariñoso, y mi lado de ''estás como una puta cabra'', y saben que tengo música en mis oídos a todas horas. La gente que me conoce sabe que escribo para desahogarme, que se me da bien expresarme, que me emociono muchas veces, que lloro con los finales, sean tristes o felices. Ellos saben que me muero de amor todos los días, que lo doy todo por un amigo de verdad, que me encanta cocinar, y que se me da fatal contar chistes. Son los que me conocen los que darían mucho si fuera necesario, y se preocupan día a día por mí, los que saben como soy, y por tanto no se creerían nunca lo que esa gente que se dedica a pisotearme dice, porque no es verdad. Por eso, si no me conoces, ni a mí ni a mi pasado, no nos juzgues porque te convertirás en un idiota, un idiota que habla sin saber.

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