Mi única droga,

Y de repente me he dado cuenta de que me importas más de lo que yo creía. Que de día me duermo por las esquinas soñando despierta con tu boca y por la noche no puedo dormir pensado en tu voz. Repaso diez veces al día tu cara, tus manos y tu cuerpo, dibujando con el dedo formas en el aire. Inconscientemente, dejo un hueco en tu lado de la cama, quizás esperando a que vengas, quizás simplemente para imaginar que estás ahí. Ni siquiera me di cuenta de cuando empecé a dejarme llevar de esa manera. Nadie me preguntó, y yo decidí sin querer esperarte siempre.

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